EGO EN LA MEDITACIÓN

Todos tenemos un ego, que es el que se ilusiona con creencias, busca tener la razón, ser importante, poseer títulos, opinar sobre lo que le sucede a otro, destacarse o ser reconocido. Se tiene miedo al anonimato, a no ser nadie, a no hacerse sentir, a llegar a un sitio y que no se sepa quién se es. Entonces, cuando le sucede algo a alguien, tenemos que dar nuestro veredicto, aunque sea mentira o el producto de palabras enlatadas que hemos escuchado. A veces se va a un lugar, y el ego quiere figurar tomando la palabra, diciendo: "Yo soy esto y sé de esto o de lo otro".
Hay personas que, haciendo gala de su ego, se hacen amigas de personajes conocidos y se toman fotos con ellos para presumir. Igualmente, algunos individuos dicen que, cuando supuestamente entran en meditación, se transportan, ven luces y seres del más allá que les hablan, sin saber que eso es el producto de la "digestión intelectual" de libros que leen o palabras que escuchan. La mente inventa historias. En tal caso de que un ser importante o un maestro hable con alguien, ¿de qué sirve si no hay una verdadera transformación interior y desaparición del ego fantasioso, proclive a la mentira?.
Extraído del libro Encuentro consigo mismo o Meditación de Rubén Cedeño