VÓRTICES DE LA MENTE
Cuando no se está pendiente de la Ciencia de la Unión con el "Cristo" o el "Alma", la persona vive identificada con los asuntos externos que crean vórtices en la mente. Los pensamientos y sentimientos personales, las lecturas, las noticias, cuando te hablan, los videos, las discusiones, el no querer tratar o saludar a alguien, el dividirse, la competencia, la ambición, la vecina que molesta, forman vórtices mentales, rollos que dan vuelta y enturbian la mente, porque se empieza a pensar en problemas y asuntos conflictivos que disturbian. De este modo, la mayoría de la gente vive la vida de vórtices mentales en vórtices mentales, turbada, enredada en una marejada de situaciones, como una tormenta en el mar.
Una mente con vórtices nunca puede contactar al "Cristo Interno", por mucho mentalismo que practique y por mucha Llama Violeta que haga; esa es la razón por la cual a algunas personas les fallan los decretos y meditaciones. Van a tener que acostumbrarse a trabajar con el control de los vórtices mentales, porque vamos a estar "dale que te pego" todo el tiempo que viene por delante hasta lograrlo.
No hay que confundir la gimnasia con la magnesia; una cosa es estar en paz y que te vengan a perturbar con un vórtice, y otra cosa es que estés en los gajes del trabajo, del quehacer diario, esos no son los vórtices mentales, sino tareas que se tienen que realizar , como lavar, planchar o limpiar el piso. Los vórtices mentales se producen cuando estás en paz y te lanzan energías inarmónicas, diciéndote: "¡Te van a contaminar! ¡Cuidado que te roban! ¡Que fea estás! ¡Te van a robar la pareja!". Esos son vórtices mentales.
Extraído del libro "Yoga Sutras de Patanjali" Versión y comentarios de Rubén Cedeño