PERDÓN DE CHOCOLATE
Hay personas que conociendo estas enseñanzas, el poder del perdón y la capacidad de perdonar de los que la practican, por todo lo que hacen, incluyendo cosas graves, piden perdón deportivamente, irreflexivamente, sin percatarse de porqué lo hacen, sin concienciar el error que han cometido.
Este es un "perdón de chocolate", porque se derrite. Cuando se han cometido fallas y realmente se desea transmutarlas, a veces uno se tiene que pedir el perdón a sí mismo, concienciando el origen de la falla y asumiendo no cometer más el mismo error.
Cuando se pide perdón, cabe esta pregunta: "¿Por qué causas pides perdón?", y que la persona que
solicita el perdón conciencie porque fallas lo pide; que se haga un análisis de las causas y se comprenda a cabalidad qué ha pasado. Entonces si viene el verdadero perdón.
Extraído del libro "Fuego Violeta" de Rubén Cedeño