MAGNETICEN LOS PODERES DIVINOS
Atraer los poderes del bien es un proceso tan mecánico como el de magnetizar una pieza de acero por medio del agente apropiado. Cuando renuncien, conscientemente y por propia voluntad, a todos los deseos destructivos de sus vehículos externos, otorgándole así la libertad a la Inmortal Llama Crística que vive en el interior de sus seres, y reconociendo el pleno Poder de esta Santa Llama, comenzarán a magnetizar, por intermedio de sus benditas corrientes de vida, la plenitud de sus Planes y Patrones Divinos. Del mismo modo, empezarán a atraer los Regalos y Poderes de los Seres que habitan en el Reino Divino, quienes, a su vez, los derramarán en la atmósfera de la Tierra hasta llenarla de una radiación multicolor magnífica y positiva, donde las sombras no puedan existir.
Amados, este Poder de magnetizar los Dones y los Poderes Divinos por medio del Fuego Sagrado debe ser utilizado y debe volverse práctico, a través de actos y hechos concretos. Deseamos profunda y sinceramente que ustedes comiencen a experimentar con el uso de este Poder del Fuego Sagrado que existe dentro de sus corazones, para que así magneticen no solo Nuestra Presencia, sino también Nuestra Radiación, Nuestros Regalos y Nuestras Virtudes.
Ustedes pueden realizar esto; cada chela amoroso y dispuesto, dondequiera que se encuentre sobre la faz de la Tierra, podrá hacerlo. Ellos no serán solamente los receptores de estos Regalos; también serán Nosotros mismos (los Hijos e Hijas de la Libertad) caminando alrededor del planeta Tierra, y los bordes de sus mantos espirituales serán colmados con las virtudes que han magnetizado y atraído de manera consciente.
Amados, los Benditos Alfa y Omega, los Soles de todos los sistemas, todos los Logos Solares, todos los Seres Cósmicos, Maestros -Ascendidos, Querubines, Serafines, la Hueste Angélica y los Seres Divinos pueden ser magnetizados por el ser humano más sencillo, por medio de la Inmortal Llama Triple de Dios que existe dentro de su corazón. Esta magnetización debe convertirse en una bendición permanente en y a través de cada corriente de vida.
Extraído del libro "Poder de la Invocación" del Arcángel Zadkiel