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CONNY MÉNDEZ Y SUS CLASES PARA MAESTROS


Todos los jueves a las 8 p.m., Conny Méndez en su casa nos reunía y dirigía las clases de maestros de Metafísica. Estas eran estrictamente para instructores. De allí tomé la costumbre y que he implantado en el mundo entero y la sigo realizando hasta el día de hoy, de que cada grupo externo tenga su “Grupo Interno” para estudiar enseñanzas más profundas y son las que hoy en día conforman los Grupos de estudio de Esoterismo de la Metafísica. Luego, viajando y estudiando por el mundo, descubrí que todos los grupos serios que trabajan con las enseñanzas de los Maestros tienen un Grupo Esotérico o Interno. MAESTROS DE METAFÍSICA

En aquella época, Conny acostumbraba llamar a los instructores o facilitadores, “Maestros de Metafísica”. Fue mi persona quien después de muchos años, decidió cambiar este término por uno más apropiado, de acuerdo a los avances pedagógicos, y les dije a todos que la manera correcta de llamarnos era “facilitadores”; ahora, este término se ha popularizado mundialmente dentro de la Metafísica. Da lo mismo cómo se llame el instructor de Metafísica, ya que el que es humilde, no importa cómo le digan, seguirá siendo humilde; y el orgulloso y prepotente, si no hace un trabajo interno, continuará siendo así aunque le quiten todos los títulos. Conny siempre tenía algo nuevo que enseñar. Un verdadero maestro de Metafísica siempre tiene algo nuevo para sus estudiantes, para que de esta manera no se fastidien, manteniéndoles encendida la llama del interés y la atención. Para el final de la clase, Conny siempre hacía que nos sirvieran alguna bebida preparada por ella, que muchas veces era invento suyo. Recuerdo que cuando nadie conocía la piña colada, Conny nos brindaba jugo de piña con una bola de helado de coco y era riquísimo. Fue la primera piña colada que se tomó en Caracas. En las clases de grupos pequeños, siempre es bueno concluir con un brindis o comida, ya que es la comunión de las almas: como es arriba es abajo. Esto ayuda a mantener unidos a los grupos. (Foto 18: Sillas de Conny donde se sentaban sus alumnas) CONNY OCURRENTE

En todas las clases, Conny tenía que inventar algo para llamarnos la atención, y otras veces, hacernos reír. Recuerdo un día en el que nos desfiló como si fuese una Miss Venezuela en un concurso. Otras veces, terminaba recitando o haciendo chistes, y todo el mundo salía de sus clases lleno de un gran contento. Éste es uno de los propósitos que sigue teniendo la Metafísica: hacer feliz a la gente que viene a nuestras clases. PRIMEROS MAESTROS DE METAFÍSICA

Hoy en día, que la Metafísica se ha hecho tan famosa, algunas personas quieren presumir haber sido alumnos de Conny Méndez, o saber más de ella que los demás y es posible que hayan asistido a una conferencia con ella; pero en realidad, sus verdaderos alumnos eran los que asistíamos a sus clases en su casa, en aquella época, entre 1969 y 1976. Entre los alumnos fundadores de la Metafísica estaban los que dábamos clases: Carola de Goya, Angélica Parra, Dolores Carreño, Nelly de Daza, Migna Liendo, Katiuska Cordido, Ítala Cordido, Olga Pucci, Ana Mercedes Asuaje de Rugeles, Rosita Calderón, Conchita Grau, Blanca Estrella de Méscoli, Eva Salazar de Pacanins, Blanca Hugo de Madriz, Rosita Quiñones, María Elena Sierralta, Lucy Fernández, Rubén Cedeño hijo, Rubén Cedeño padre y Nora Cedeño. Luego incorporé a una estudiante de mi grupo, llamada Elvia Pacheco Vivas. Al principio en la época de Conny Méndez éramos como más de veinte maestros de Metafísica en toda Caracas. Cada uno daba su clase de Metafísica el día, la hora y el lugar en que podía, no importa si coincidía el mismo día, la misma hora, el mismo lugar, no estábamos pendientes de esas cosas, solo vivíamos ilusionados, encantados solamente de lo que íbamos a comunicar y jamás nadie pensó si había competencia entre unos y otros, había demasiada clase y cultura para manejar esas ideas o conceptos. A mí me tocó fundar el primer centro de estudios de Metafísica en el Edificio D`Ambrosio, donde varios facilitadores realizaban actividades, a pesar que coincidamos en el mismo lugar los mismos días y las mismas horas, todo lo que pensábamos era “Mientras más masa, más mazamorra”. Mientras más clases de Metafísica se den en la ciudad, mejor, más bendiciones, más luz, más gente. Esos principios se los comunico hoy en día a todas las personas que me toca instruir y por eso hay tanta Metafísica en todas partes como en Argentina o en México a cualquier hora, cualquier día en cualquier lugar hay una voz que se alza comunicando los Pilares de la Metafísica. REUNIONES CON CONNY

Recuerdo que a la hora de la reunión con los maestros de Metafísica, Conny Méndez encendía todas las luces de las lámparas que tenía –y que eran bastantes– aludiendo que la Metafísica era una actividad de la Luz, y como los Maestros Ascendidos son Luz, atraerlos por vibración. Hoy en día, en el lugar donde hay clases de Metafísica, siempre hago encender todas las luces que haya. En esa oficina, se almacenaban y vendían los libros de Metafísica, y desde ese entonces estoy vendiendo libros de Metafísica. Algunas veces nos han acusados de comerciantes por vender los libros, y la verdad es que sí lo hacemos. Vender jamás ha sido malo, ni está condenado por ninguna religión o camino espiritual; malo es robar.

Libro: Memorias Metafísicas.

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