CARNAVAL - POR RUBÉN CEDEÑO
CARNAVAL
Ruben Cedeño Libro: Cuarta Iniciación
El Carnaval es el periodo previo a la Cuaresma que culmina en la Semana Santa, y es el lugar donde vive el denominador común de la gente celebrando lo externo, en la vida de generación, los apegos, la fragmentación, la traición, el engaño, el aparentar, la separación, el negativismo, el robo, la usurpación, ya que esta palabra quiere decir “darle valor a la carne” o al cuerpo y eso es lo que al cuerpo le gusta. El prefijo “Carne” se refiere a la carne del “Cuerpo Físico”, el Astral y la Mente inferior y “vale” quiere decir darle valor. Por eso en Carnaval la gente se disfraza, se emborracha, hace el amor, se pierde en la orgía de la carne, es la vida del que todavía no ha recibido el llamado del Alma, esta en la “búsqueda espiritual” o quizás la ha perdido.
Pero llega un momento en que hay un llamado místico, interno y se deja todo para recogerse internamente como lo hizo el Maestro Jesús al retirarse al desierto en la “Soledad del Alma” sin amigos, sin pareja, sin familia para entregar toda la mente, todos los deseos y todo el cuerpo al Alma haciendo silencio, oración, purificándose y eso se inicia el “Miércoles de Cenizas”.
Aunque se este atrapado en los encantos de lo externo, y se rechace la Crucifixión por considerarla mojigata o pisciana, no importa, un día cuando venga el fracaso de las ilusiones externas y arribe el llamado o si se perdió una vez “El Sendero”, venga la retoma, todo esto tendrá un sentido, una razón y todos estos escritos y palabas al respecto ayudaran a la retoma del Camino.
Esto esta dramatizado muy explicitamente en el tercer acto de la opera la Traviata de Verdi, donde la vida de boato, la influencia de la materia, el apego a las posesiones, títulos y orgullo, llega a lo que siempre llega; a su fin. Violetta el personaje central se está muriendo arruinada, triste y pesarosa. Canta el “ADDIO DEL PASSATO” o el “Adiós del pasado”, donde la materia se despide del mundo. Mientras tanto se oye en la calle el alborozo de un canto de carnaval, entonado por un coro de mascaras que dice: “Haced sitio a la Bestia”. Eso es el Carnaval, hacerle sitio a la bestia de los deseos aunque se este al borde de la muerte.