CRETA, NOTA DE LA VISITA - POR RUBÉN CEDEÑO
Rubén Cedeño Creta, 31.12.2014
Era el último día del año 2014. Amaneció lloviendo a cántaros y un frío terrible. La preocupación era conducir un grupo y dar las explicaciones en el Palacio de Cnosos de Creta cuyos restos arqueológicos están totalmente al descampado, con piso de tierra que era un solo pantano. Me debatía entre suspender la visita o realizarla. Finalmente,a pesar que no menguaba la lluvia, seguimos adelante con lo planificado. Llegamos con el bus al lugar y era lanzar a todo un grupo a la intemperie en medio de una tormenta. Había que sacar a relucir los objetivos espartanos que siempre hemos contemplado en las actividades, que no es una vida idílica, rodeados de encantos familiares, sin trabajar, y con una mesa servida “a piacere”.
Le expuse al grupo en medio de la tormenta y debajo de sus decenas de paraguas con que medio se cubrían, si estaban dispuestos a afrontar la situación con espíritu espartano, todos gritaron llenos de gozo con un grave, vigoroso y aturdidor ¡!!Ajuú!!! Como dicen tal vez que se expresaban los espartanos antes de enfrentar cualquier contienda. Eso me entusiasmó muchísimo.
Al apenas penetrar al Palacio de Knossos, enclave físico del Retiro Etérico de la Verdad del Maestro Hilarión, Chohán del Quinto Rayo de la ciencia, la vinculación y la curación, nos encontramos con un lugar desolado, completamente vacío de visitantes. Pero en lugar de gente había algo insólito, hemos encontrado sorpresivamente, en los pasadizos,en las copas de los árboles y en las crestas de algunos restos arqueológicos, bandada de pavos reales de vistosas plumas verdes como nunca en ese lugar se había visto. La guía que llevaba veinticinco años de servicio en el lugar, dijo sorprendida, que nunca, jamás había visto algo parecido.
Así como en la visita a Monte Eta donde ascendió el Poderoso Hércules, encontramos decenas de arcoíris inusuales, ahora en Creta hallábamos pavos reales. El pavo real es el distintivo de la Señora Diosa Hera, Complemento de Señor Zeus. Estos pavos reales nos acompañaron durante toda la visita, nunca se espantaron ante nuestro tumulto, cámaras y conversaciones. Nunca menguó el agua, ningún lugar se dejó de visitar, ninguna instrucción se dejó de facilitar, hasta los lugares más secretos del lugar se pudieron mostrar sin problemas de ningún tipo.
Era un momento muy especial, todo fluía como nunca antes cuando se ha visitado ese lugar con otros grupos. Emparamados de agua, pero gozosos, salimos del lugar y con nosotros volaron los pavos reales con aletear sonoro, no se sabe a dónde, despidiéndose tal vez para nunca volver allí, ya que nunca habían estado.