NEPTUNO Y SOUNION

COMENTARIO DE LA GRABACIÓN Rubén Cedeño 22.12.2014 La tarde era brillante, el sol resplandecía intensamente a pesar del fuerte frío que hacía. Avanzábamos con el auto por las curvas de la carretera que nos conducían al punto más al sur de la Grecia continental. Islotes, islas, cabos, bahías, engalanaban el mar, como en ninguna otra parte del mundo. Estacionamos el auto, nos bajamos y nos dimos a la tarea de trepar la colina donde está el Templo de Señor Neptuno, Director de los elementales del agua y quien pone bajo control el mundo emocional de la humanidad.

Desde la cima se veía el mar Egeo en su mayor esplendor, amplio, invencible, triunfante. Era emocionante grabar allí desde el lugar donde el Rey Egeo se lanzó al mar y le dio su nombre a estas aguas, asunto que explico detalladamente en el libro “Grecia Iniciática” y que narraba a las cámaras en el mismo sitio, escenario de lo sucedido.

El sol nos daba totalmente de frente con toda su potencia pero no encandilaba. Así como cada vez que se viene aquí no apetece irse, igualmente nos sucedía ahora, buscábamos cualquier justificación para quedarnos un tiempo más, buscando una foto extra que tomar, otras tomas para el video, decir un comentario alusivo al lugar que no se hubiera dicho, en fin, era hacer cualquier cosa para quedarnos allí.

Solo una expresión puede salir al contemplar desde Sounion un atardecer frente al Egeo y el Templo del Señor Neptuno y es ¡QUÉ BELLEZA!, así de simple y de expresivo, no hay otras palabras.