METAFÍSICA SIN MISTERIOS - POR RUBÉN CEDEÑO
RUBÉN CEDEÑO RESPONDE A EDGAR SHAISTER
Granada 27.10.2014 ¿Por qué la metafísica no usa halos de misterio ni fraternidades ocultas y herméticas? El misterio o los misterios existen, las fraternidades ocultas también, esto no ha desaparecido con la Nueva Era, ni desaparecerá nunca, aunque algunos quieran decir que ya no existen. La vida es un misterio, como lo es ver nacer un árbol gigantesco de una pequeña semilla, o notar como de una blancuzca baba viscosa sale un perfecto niño, que también es uno de los misterios más grandes de la existencia.
La “Gran Hermandad Blanca” e igualmente sus miembros es una fraternidad oculta, de la que no se sabe mucho, apenas algunas cosas que dicen ciertos libros e iniciados. Pero las manifestaciones externas de todas estas cosas no son misteriosas ni ocultas como puede ser la belleza de un árbol, la dulzura de un niño o un miembro de la Hermandad Blanca recorriendo las calles prodigando la caridad, ayudando a la gente prestando servicio e irradiando amor, como tal vez lo hacía Fray Leopoldo de Granada.
¿Y por qué la Metafísica tiene que ocuparse de lo que no es revelable, pudiéndose ocupar de lo tangible y visible? Pues de eso se ocupa, de las manifestaciones. De nada sirve estar montado en una nube mental de ideas, sueños, teorías y suposiciones sobre la espiritualidad. Lo único comprobable en el plano físico es lo que se manifiesta. De nada hubiera servido que del español Vicente Ferrer se dijera que era un santo y nada más, tenía que permutar su vida contemplativa en acción y consagrar su existencia por el bien de los hindúes y estar en la calle embarrándose con el pantano buscando agua para los sedientos, haciendo fértiles las tierras áridas, combatiendo la pobreza, recogiendo enfermos y moribundos, haciendo Servicio Mundial. El Padre Ferrer era un real “Servidor Mundial”. Para nada son útiles los teoremas espirituales, disertaciones esotéricas, bellezas de libros escritos por los Maestros, si no se es fiel a los hermanos espirituales y maestros que nos acompañan en la vida, si no se manifiestan las maravillas que se leen, llevando una vida de servicio a los demás yendo a las barriadas, de pueblo en pueblo enseñando a la gente a pensar, ayudando a rehabilitar a la gente psicológicamente, trabajando por resolver los problemas de la niñez; solucionando los inconvenientes de la salud pública y tantas cosas más. La Metafísica desde los tiempos de Conny Méndez hasta el presente hace un trabajo de penetración por las barriadas de cualquier país enseñando a la gente a cómo mejorar sus vidas cambiando su manera de pensar, sentir, actuar y hablar positivamente, con la práctica del “Cristo Interno” y los “Siete Rayos”, eso es lo que necesitan las masas y eso lo hacemos hasta en las cárceles y hospitales. Nada hace el vulgo, un ama de casa, un obrero o incluso un ejecutivo o profesional con una espiritualidad llena de misterios y hermetismos. No obstante, en la Metafísica para el que está haciendo el arduo trabajo externo mano a mano, tangiblemente con las masas, se le ofrece la oportunidad que estudie profundos conocimientos espirituales por medio de los cursos de “Esoterismo de la Metafísica”, pero sin que se haga ilusiones de estar montado en una nube, ya que en estos estudios se le sigue instando a ponerse de paticas en la calle a trabajar como si no perteneciera a ningún grupo de altos conocimientos, sino como un vulgar transeúnte de buenas intenciones, sin halos de misterio ni presumiendo pertenecer a una fraternidad oculta, porque como dice el dicho: La pelea es peleando. Gracias.